En la escritura de guión, la escaleta es la técnica para marcar los momentos importantes de la historia. Repasando cada escena en una oración simple, podemos ver hacia dónde va la historia, si es clara, si cumple la función por la que está donde está.
Hacer una escaleta con la vida sería más complejo, porque existe un futuro que desconozco. O bien porque existe una parte del pasado que resignifico todos los días porque no entiendo en el presente.
(Es claro que hay fechas en la que las escaletas de la vida aparecen con más frecuencia: cumpleaños, muertes, Días De, etc.)
-¿Alguna pregunta?
-Qué hago con el pasado, quiero tener presente, no ser consumido.
-Y qué hago con el futuro si sé que las cosas no son lineales, si puedo comprobar que 1 + 1 no siempre es 2.
Un largo silencio viste la clase de bóveda, somos casi cadáveres.
-El presente es el único bien que el hombre en realidad posee, dijo Rousseau, y Goethe escribió que es una poderosa divinidad ¿Alguna otra duda?
Y entonces recordé un aforismo de Aristóles: Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito...
-No hay dudas
Salí y mientras caminaba lo resolví. Me voy a acostar con la vida, voy a cogerla con toda mi energía, me voy a revolcar por las calles y en los sueños, hasta bien adentro la voy a poner. Después, seguro algo nace.
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